Y de pronto, un lugar sagrado y milenario. Ocurre en la plaza de Belluga, en Murcia, en una minúscula sala de exposiciones. El pintor Antonio Martínez Mengual ha conseguido captar el misterio de las ruinas de Delfos en las cinco acuarelas que componen Delfos El silencio del valle, una muestra presidida por una pieza de grandes dimensiones en la que se descubre nítido un paisaje de ruinas y memoria.
Maestro del color, Martínez Mengual rompe con la paleta cromática ante la contemplación de Delfos para manchar el papel con una complejidad de grises con los que levanta los pilares que construyen el que fue hogar del Oráculo de Apolo en Grecia. En manos del artista, el gris logra transmutarse en distintos colores para ser piedra calentada por el sol, atardecer, tormenta. Porque El silencio del valle nace desde la contemplación directa del que ha vivido en Delfos y, por tanto, ha sido capaz de alejarse de la estampa turística, idealizada, y ha sido parte del lugar, comprendiendo algunos de sus porqués.
Cuatro acuarelas –dos verticales a la derecha, dos horizontales a la izquierda- abren el paso a la gran obra que preside la muestra. Sorprende cómo la ciudad aparece ante los ojos y el espectador, de repente, se sitúa en una atalaya sobre la que presenciar y vivir en cada detalle de ese lugar dormido durante siglos.
La pasión que Martínez Mengual siente por Grecia y su historia pertenecen también a las cinco obras de Delfos El silencio del valle. Hay respeto, amor por su pasado –que es el nuestro-; es el resultado una vida imbricada con el país heleno. Grecia es su piel. Su piel es Grecia.
Delfos El silencio del valle forma parte del proyecto HUELLAS, coordinado por Cristóbal Belda. La exposición, impulsada por la Fundación Cajamurcia, permanecerá en la Sala Cajamurcia Belluga hasta el próximo 4 de junio. El horario de visitas es de martes a viernes de 12 a 14 horas y de 18 a 20 horas.
En Belluga, desde ayer, descansa el centro del Universo. Kalimera, Antonio.