El último clásico es Loquillo.

Sangre de rock and roll

Es como leer un testamento, la Carta Magna de una estirpe perdida, el decálogo de hombres y mujeres que viven en la nostalgia de un tiempo que se acaba. En El último clásico, su recientemente estrenado disco, el cantante Loquillo coge por las solapas a su público para decirle que sigue ahí, que su rock es épica, sonido combativo y unas letras que han ganado más peso que nunca en este LP: «Sigo siendo un verso libre / somos lo que defendemos».

El último clásico es un trabajo fiel a los sonidos rock -más allá de la presencia de unas trompetas y coros femeninos poco habituales en el estilo del artista- enriquecido por las referencias del gran abanico de amigos que han participado en las composiciones.

Desde Santi Balmes hasta Luis Alberto de Cuenca, pasando por Leiva, Igor Paskual…. todos ellos bajo la dirección de Josu García a la producción, que ha creado un disco potente, directo y con un claro mensaje: Loquillo es la última referencia de un savoir faire que se agota, un rock and roll vestido de traje, con la elegancia canalla de los galanes del cine negro, con el bagaje de aquellos que duermen con un libro de Gil de Biedma en la mesita de noche.

Diez canciones y apenas cuarenta minutos de música le sirven al Loco para demostrar que sigue sintiéndose algo más allá del rebaño, que da pasos atrás -el disco está impregnado por un sabor a añoranza- solo para impulsarse y que se siente como un mesías del rock.

Loquillo es El último clásico.
Loquillo es El último clásico.

Si algo llama la atención del público en El último clásico es el equilibrio entre el sonido contundente y unas composiciones que viran hacia los discos de poesía del loco. Se notan las manos de Carlos Zanón, Luis Alberto de Cuenca y de Gabriel Sopeña: las letras están preñadas de referencias culturales y la apuesta por unas canciones que hablan de la propia biografía del Loco.

Canta Sanz en uno de los temas más a flor de piel del disco, El sonido son ideas: «No me concedo descanso a ninguna edad / busco la puerta de embarque hacia la Eternidad. / Vivir una vida que valga la pena recordar». Por eso Loquillo se ha rodeado de los mejores, como viene haciendo los últimos tiempos, para entregar a su público un trabajo que «conjuga el deseo y el temor», que se ofrece valiente, que sigue siendo una inyección de sangre de rock and roll.


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