Ángelo Néstore es una poeta nacida en 1986 en Lecce, Italia. Residente en Málaga, España, se define como una artista no binaria. Conforma su obra como un acercamiento a lo poético desde muy distintas perspectivas, donde caben lo performático y lo musical.
Ha publicado libros como Deseo de ser árbol (V Premio Espasa, Espasa, 2022) o Hágase mi voluntad (XX Premio de Poesía Emilio Prados, Pre-Textos, 2020). Además, desempeña una importante labor editorial al frente del sello Letraversal.
Su obra gira, entre otras cosas, en torno a la exploración de las nuevas masculinidades en el espacio de la creación poética, lo cuir y las identidades del espacio trans, desde una perspectiva política que lo cuestiona todo.
Cuatro poemas de Ángelo Néstore
CATEQUESIS
Mira, por ejemplo, la boca del niño
que sorbe el néctar de una sandía
y te ofrece su sonrisa mellada.
Observa el jugo que gotea
sobre el cuello de su camisa blanca,
cómo se estiran sus comisuras
ante el sabor dulce y oculto de la fruta.
Y fíjate, entonces, que no le salpica la culpa todavía
aunque note en la piel el roce
húmedo y pringoso de la mancha.
Así pasa su vida sin nombrarla
hasta que un día, inadvertidamente,
su pubis dona una pequeña ofrenda
y llega alguien que se inclina para mirarle a los ojos,
que le habla de la vergüenza y de su especie,
que le señala el sabor amargo de ser hombre.
PROGRAMA DELICADOS
Mi vecina lava una prenda vieja de su hija adolescente.
Se lamenta del color opaco de la tela,
busca restos de semen,
suspira ante el tacto áspero de la mancha.
Ella ahora no sabe
que en algo menos de tres horas
no querrá deshacerse de este trapo
cuando reciba la llamada de un desconocido.
40ºC
programa Delicados.
Desde mi casa veo cómo la vecina
sumerge el rostro en una placenta rota.
El aire agita unas bragas, que caen desde el octavo.
Suena el móvil, un leve temblor.
El viento, como la muerte,
empuja siempre hacia el vacío.
POEMA CONTRA MÍ MISMO
Hoy escribo contra mis manos, contra mis brazos,
que buscan siempre palabras hacia fuera
y son el hambre
y son la guerra
y todo es silencio.
Escribo hoy desde mi clase media,
desde mi cama, acomodado.
Estoy pensando en mis venas, solas,
ocultándose y ocultando.
Hoy no escucho la bomba alejarse,
hoy la veo mientras se aleja.
Recuerdo que un tiempo usaba la palabra cuerpo
como variación de territorio
y allí hacía la guerra.
Ahora me toco a mí mismo,
me miro a mí mismo,
me toco a mí mismo,
me miro a mí mismo.
He decidido tirar piedras contra mi herencia
porque yo soy el enemigo
y escribo mi dolor para aceptarlo.
SPOILER
Compro el periódico, lo guardo,
llevo el cuerpo torturado
de cuatro mujeres en la mochila.
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