Amor, vida doméstica y jazmines son los tres corpus que se entrelazaron en la cabeza del poeta Pedro Serrano y que han acabo en el papel bajo el título de Entran Jazmines en casa, un poemario editado por Olifante Ediciones de poesía en la colección papeles de Trasmoz.
El poeta protagonizó ayer un original recital dentro del ciclo Los Lunes Literarios del Zalacaín. En el local, Serrano mostró la profundidad reflexiva de sus versos, que tampoco dejan de lado la ironía y el humor.
Noelia Illán fue la encargada de presentar a Pedro Serrano, al que retrató como superviviente de un naufragio. Para ella, su poesía refleja los juegos de luces de la ciudad con una suerte de «tenue lucidez, como una cerilla que se consume mientras el poeta ve lo que pasa, mientras entran jazmines en casa».
La presentadora definió así el poemario: Hay una búsqueda del equilibrio, hay momentos de dolor y de pérdida, hay soledad y noche y desamparo, pero también hay paz, con un gato que contempla el horizonte o un té caliente en esa ciudad diaria. Hay luna y música y recuerdos del pasado, cuando ¿qué había? Hay amantes que se encierran en un mundo inventado, hay mucho tacto y sexo y aromas de cama y aliento caliente y el tiempo que corre alrededor de ellos. Ese fuego que incendia la casa y nos hace vivir calcinados en un mundo cotidiano. Pero también encontramos en este libro la madurez de un poeta, la búsqueda de un lugar crónico sobre todos los lugares, un mar tranquilo donde vivir sin contratiempos.
La fiesta
Reflexión y jolgorio se dieron la mano en el acto pues, tras la intervención de Illán -que el protagonista premió con una piruleta-, dos invitados al recital pusieron la nota de alegría que dio al evento el ambiente distendido que generalmente se ausenta donde reina la poesía.
El primero en entrar en escena, nunca mejor dicho, fue el actor Juan León, que «con la total libertad» que le dio Pedro recitó, «porque todo puede ser poesía», las indicaciones técnicas de una lavadora, explicadas en una revista de propaganda. El actor, que tituló su ‘poema’ Operación Renove, leyó con un excelente tono dramático versos del propio Pedro Serrano.
Javier Cebrián fue el otro protagonista de la velada. El también escritor, que interpretó a un vendedor de colchones, invitó a los presentes a hacerse con Entran jazmines en casa pues «si los lectores de poesía buscan felicidad, ¿cómo dejarla escapar por tan solo diez euros?«. Cebrián apoyó su tesis en los autores clásicos que plantean la poesía como una necesidad vital.
Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Por eso el recital-presentación de Pedro Serrano se convirtió en un encuentro agradable para rescatar en la memoria.
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