Qué fantástico es escuchar a aquellos que, durante su periodo de formación, han recibido clases de profesores y maestros que aman profundamente su trabajo. Qué emocionante es ver cómo esas personas, tan de carne y hueso como sus alumnos, son capaces de activar la curiosidad de su auditorio y transmitir la pasión por su materia. Literatura, ciencias, historia…, todo es susceptible de ser una gran aventura en las manos adecuadas.
Jesucristo Riquelme es una de esas personas tocadas por el don del magisterio. Por eso, y con el fin de que su carácter pedagógico salga de las aulas y contagie a todos, ha publicado Madame Bovary la novela subversiva, una guía de lectura para aquellos que se acerquen por primera vez o quieran revisitar desde un nuevo prisma la obra de Flaubert. El libro, una cuidada edición en la que Riquelme ofrece pistas de carácter literario y social para entender la historia imaginada por el francés en torno a 1850, fue presentado el pasado viernes en el casino de Torrevieja con Noelia Illán y Joaquín Baños.
Es cierto que, para leer una historia, no es necesario indagar más allá de lo que el propio autor en su momento quiso poner sobre el papel. Sin embargo siempre se agradece la presencia de una mano que oriente al lector para transcender y contextualizar el relato, sus personajes, las inquietudes del autor e incluso que supuso su aparición. Justo eso es lo que consigue hacer Riquelme sobre Madame Bovary, “una novela que, junto al Quijote y Tirant lo blanc, marca un nuevo paso en la literatura”, explicó el autor durante la presentación.

Illán y Baños pusieron en valor la “intención didáctica” de Riquelme, experto además en autores como Miguel Hernández. Para Joaquín Baños, “la labor de profesores como Jesucristo Riquelme ayuda a amar la literatura y permite acercarse a clásicos como este que, en caso de leerse de un modo impuesto, puede resultar abominable”. Illán apostilló que el trabajo publicado es un excelente guión para navegar por la tortuosa historia de Emma Bovary. Un libro que marca la frontera entre el Romanticismo y el Realismo y que ha llegado, como todos los clásicos, con vigencia e interés absoluto hasta la actualidad.