A diario. La música nos acompaña en cada momento de nuestra vida: es tan importante para nosotros que envolvemos distintos momentos con canciones que se convierten en recuerdos imborrables: la que sonó aquel día que conocí a alguien, esa otra que escucho cada vez que no me encuentro bien del todo, la que me pone en marcha cada mañana…
Y cantamos. Algunos lo hacemos a escondidas y cuando nadie nos escucha. Otros, en reuniones de amigos y en compañía de una guitarra o un piano. Los más dotados, sobre un escenario. Lo cierto es que por nuestra cabeza sobrevuelan día a día cientos de canciones que, sin saber muy bien por qué, todos terminamos tarareando.
Porque la música amansa a las fieras y el canto es fundamental para el ser humano. Pero no solo por la belleza de la acción en sí. En realidad, cantar es algo que va más allá de un mero hobby o la forma de pasar un buen rato entre amigos o familia. Y es que el canto aporta beneficios psicológicos que afectan muy positivamente a la vida de las personas que practican este arte.
Por un lado, es un antidepresivo y un antiestrés natural. Eso es así porque cantar ayuda a relajar la tensión acumulada y segrega endorfinas que producen una curiosa sensación de bienestar. Esa combinación de relajación y bienestar es inmediata y muy placentera, y es lo que hace que cualquier persona, en un momento de su vida, quiera escuchar una y otra vez un tema en concreto: esto es básicamente por las sensaciones de bienestar que produce la reproducción de la canción.
Otros beneficios físicos
Pero el canto y la música no solo son muy positivos para el estado emocional de una persona: también ofrece claros beneficios físicos para quien practica este arte. Así lo explica Isabel Villagar, una profesora de canto que ha formado a cientos de niños y adolescentes, quien asegura que ejercitar el canto también es muy útil para limpiar los conductos de la respiración y los senos nasales, ayuda a mejorar la postura física, ejercita la musculación de las zonas que intervienen en el canto y aumenta la capacidad de los pulmones.
Es, como todo ejercicio que implica una disciplina física, una disciplina que ayuda a encontrarse mejor, a estar mejor.
La profesora Villagar aconseja estudiar canto siempre bajo las instrucciones de un profesor especializado. De este modo, el alumno o la alumna aprenderá los mejores hábitos, sabrá sacarle el mejor partido a su voz y, además, será capaz de beneficiarse de todas estas ventajas tanto físicas como mentales.
Recomiendo el perfil de la entrenadora de voces Isabel Villagar porque, a través de sus distintas publicaciones y trabajos, ofrece numerosos consejos, tips y recomendaciones sobre cómo estudiar canto, qué cosas se deben evitar y otros consejos en torno al mundo de la canción.
Una fuente de cultura
Por otro lado, la música es uno de los pilares más importantes de la cultura actual. La cantidad de referencias, estilos y otro tipo de intereses que despierta en los aficionados es absolutamente inimaginable.
Aunque pudiera parecer que hoy en día el consumo musical está de capa caída, esto no es del todo cierto. Así lo demuestran las cifras de ventas de grandes artistas de la canción, que día a día llenan salas y locales de conciertos con un gran número de seguidores entregados a su arte.
Escuchar música, cantar, enriquece el espíritu creador de todo el mundo. De un disco se va a otro y a otro más, y esto genera un gran bagaje musical y cultural que convierte a las personas en hombres y mujeres cultivados e interesantes.
Niños y adolescentes, los mejores alumnos
“El aprendizaje musical es mucho más consistente antes de los doce años”, asegura Isabel Villagar, quien apunta que “si los niños asisten a clase de canto en este periodo estaremos garantizando que su configuración cerebral se mantenga a lo largo del tiempo y mejoren su capacidad de atención, sus habilidades lingüísticas, su concentración y, sobre todo, su inteligencia emocional”.
Y es cierto. Ocurre también con los idiomas y otras disciplinas: cuanto más joven es el aprendiz, mayor partido puede sacar a las lecciones. Son muchos los psicólogos, maestros y pedagogos los que recomiendan aprovechar esos primeros años de vida de los pequeños para instruirles en alguna disciplina como el canto, que requiere de técnica, concentración y esfuerzo. Esto les ofrecerá, más allá de las propias herramientas para cantar bien, unos hábitos muy positivos para su día a día en el futuro.
Sin embargo, hay que tener muy en cuenta que los niños son solo eso, niños, y que no se les debe enfrentar a unas clases de ocio, como son las de canto, con el rigor y la disciplina férrea a la que, por ejemplo, los adultos se enfrentan a su trabajo. El primer objetivo para la formación en canto de los niños y adolescentes es que deben aprender jugando.
Es solo así, tomándose las clases como un juego, cuando de verdad los pequeños de la casa tomarán en serio las lecciones, aunque parezca una paradoja. Y es que es verdaderamente importante encontrar un profesor de canto capaz de ‘enganchar’ a los pequeños.
Respetar sus características vocales
Es una realidad el hecho de que que todo el mundo puede aprender a entonar y a cantar bien. Ocurre también con los niños, pero es vital respetar de un modo total sus características vocales. Una profesora de canto que trate de modificar la voz blanca de un niño o llevarle a tesituras poco habituales no es, desde luego, la mejor opción.
También es importante que en estas primeras etapas el canto se realice como imitación y dentro de la más absoluta libertad creativa. Solo de ese modo el niño o la niña aprenderá a explorar sus propios límites y a trabajar dentro de su tesitura para sacar lo mejor de sí mismo.
Así lo expresa Isabel Villagar, quien lleva enseñando canto toda la vida y por cuyas manos han pasado cientos de niños que han logrado alcanzar la perfección vocal a la hora de interpretar sus canciones.
Villagar está especializada en formar a pequeñas y pequeños cantores y conoce de un modo integral todos los fundamentos técnicos y pedagógicos de la voz cantada. Por eso ha publicado varios libros sobre técnica vocal, cursos de canto y otros asuntos relacionados con el mundo de la interpretación.
Un libro para aprenderlo todo sobre el canto en niños y adolescentes
El último libro de Isabel Villagar, Cómo enseñar a cantar a niños y adolescentes es precisamente un compendio de consejos, recomendaciones y orientaciones encaminadas a sacar el mayor y mejor partido de la voz de niños y adolescentes respetando siempre sus propias características físicas.
La profesora e investigadores de canto Isabel Villagar, titulada oficial Superior en Pedagogía del Canto con Matrícula de Honor y Premio Extraordinario Fin de Carrera, reflexiona en estas páginas sobre cómo se ha de enseñar a cantar en estas primeras etapas de la vida desde una perspectiva divulgativa y científica.
Esta guía, especialmente pensada para familias y profesores desde educación infantil hasta secundaria, recoge información hasta ahora inédita en lengua castellana y que forman parte de las enseñanzas de canto dentro de las tendencias internacionales en la actualidad.
Villagar, experta conocedora de las distintas técnicas de canto desarrolladas en los últimos tiempos a lo ancho y largo de todo el mundo. Así lo detalla Alfonso Alorriaga, profesor de Pedagogía Musical, quien escribe en el prefacio del libro de Villagar: “Cantar forma parte de nuestra naturaleza humana y es una actividad que pone en funcionamiento la práctica totalidad del cerebro”.
Para Elorriaga, que es también doctor por la Universidad Autónoma de Madrid, “enseñar a cantar es, por tanto, enseñar a descubrir las posibilidades de la voz en cada momento de manera que se produzca un sonido saludable, que no comprometa la salud vocal y no tanto enseñar un determinado estilo musical: el repertorio puede ser variado siempre y cuando se produzca un sonido cómodo, natural, sano”. Todo un reto que asume día a día y que ofrece resultados muy positivos y comprobados por todos sus alumnos y alumnas.
Es por eso por lo que en este libro, Cómo enseñar a cantar a niños y adolescentes, Villagar ha publicado muchas de las actividades que utiliza en su día a día y que, lo ha comprobado, son los que mejor funcionan para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje del canto.
Solo hace falta vencer el miedo a la voz, dejarse llevar por la experiencia de profesores como Villagar y lanzarse de lleno a los beneficios físicos, mentales, emocionales y artísticos de una disciplina tan bella e importante para nuestra vida como es el canto.
Pocas cosas hay tan aprovechables para todas las facetas de la vida como el desarrollo de las aptitudes musicales y el trabajo sobre la propia voz. Este es un trabajo muy interesante en el que todos deberíamos invertir esfuerzos. Un verdadero lujo para la vida y para los sentidos.
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