Lo primero que supe de Raúl Herrero fue que hacía películas mudas de unos treinta segundos en forma de poemas. Así se subtitulaba el texto que nos regaló para el número 8 de La Galla Ciencia. Ese tipo sacado ‘de otro mundo’ me cautivó: es el sombrerero de Alicia en su etapa dandi, un artesano de libros imposibles, el auténtico demiurgo patrio de lo ‘arrabálico’ y surrealista.
Este creador de universos más allá del espejo habla de monstruos y de dios (así, en minúscula), del azar y de lo cotidiano, ha estado a los mandos e la nave de la editorial Libros del Innombrable y es miembro del Colegio de Patafísica de París. Con este currículo, poco queda por añadir. Apenas unos versos extraídos de un poema:
El poeta en la calle hace el ridículo.
Las monjas le señalan y a carcajadas se ríen de sus pantalones.
Los burócratas le roban la ropa,
lo dejan desnudo, en hora punta,
en mitad de una avenida.
Los perros se lanzan a morderle
el cuello.
El poeta se peina con mimo,
se viste con optimismo,
caza unas moscas,
se calza los zapatos,
sale a la calle y todos le disparan.
Algunos de sus libros son Los puntos cardinales –cuatro poemarios–, Los trenes salvajes, Te mataré mientras vivas y el libro de relatos Así se cuece a un hombre, entre otros. Estas son sus coordenadas:
-Un epitafio.
Si lo sé no vengo.
-El más grande defecto.
La necesidad llevar la contraria o de la domesticación como una de las horrorosas artes.
-El lugar donde has sido feliz.
El cine.
-Lo que da más miedo.
Judas cuando besa es que besa de verdad y a ninguno le interesa besar por frivolidad.
-La última atrocidad.
Las atrocidades son mi forma de vida. Son tantas y tan constantes que me resulta difícil llevar la cuenta de las mismas. Ahora bien, por lo traumático de sus consecuencias tengo por una de mis mayores audacias, dentro de lo atroz, el haber estado a punto de apuntarme a una plataforma de pago para ver películas y series, de esas de las que tanto escriben los que no tienen ningún tema interesante sobre el que escribir.
-Qué no te da pena.
Las batallas navales del pasado o la eliminación de tildes en las nuevas normas de la RAE.
-Un enemigo.
Lo pusilánime
-Alguien a quien admirar.
Le voy a dar tres por el mismo precio: Antonio Fernández Molina, Tono y Charles Chaplin.
-El título de tu biografía.
Un despistado entre pelmazos.
-Último libro que cerraste a medio.
Cualquier libro premiado en las últimas dos décadas.
-¿Pasado, presente o futuro?
La indeterminación cuántica.
-La última voluntad.
Mandar a hacer puñetas a una larga lista de individuos, a ser posible por teléfono.
-Un libro.
Vida secreta de Salvador Dalí, por Salvador Dalí
-Una película.
Freaks, de Tod Browning
-Una canción.
I’am the Walrus, de The Beatles
-Un cuadro.
Para evitar los grandes nombres diré que cualquiera elaborado por un niño.
-Una receta.
Las torrijas que prepara mi madre.
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