Imagen de Demian Ortiz.
Ángel Manuel Gómez Espada es una de esas personas a las que da gusto tener envidia. Ofrece el perfil de lo que muchos llamarían un ‘disfrutón’: amante del ‘buen yantar’, divertido, dueño de una ironía ágil que exhibe continuamente… Parece que sabe sacarle el mejor partido a todo.
Pero detrás (o junto con) ese perfil relajado con el que parece mirarlo todo se esconde un lector serio, un poeta solvente y un editor inflexible. No solo es dueño de versos como «No hay fronteras / cuando cerramos los ojos. // Desaparecen. / Es un misterio», sino que dirige, desde hace 20 años una revista digital de literatura junto con el también poeta Juan de Dios García.
Varios son los libros en los que se pueden leer sus poemas: Mediodía en la otra orilla (2000), Cocinar el loto (2014) y Los hijos de Ulises (2015) y Ventana de emergencias (2018), además de apariciones en publicaciones colectivas. Estas son sus coordenadas.
–Un epitafio.
Escribí hace unos años un poema llamado así, que no he terminado aún. Si cuando muera no lo he terminado, lo mismo pido que lo metan conmigo, para hacerlo. Pero imagino que, de concluirlo una vez muerto, ya no sería un epitafio.
-El más grande defecto.
La Pereza.
-El lugar donde has sido feliz.
He sido feliz en casi todos los lugares donde he estado. Normalmente, suelo acompañarme bastante bien, y eso ayuda bastante. Y luego, París y Roma, si hablamos de lugares físicos.
-Lo que da más miedo.
Evidentemente, morir. Algo más apocalíptico: presenciar el Fin del Mundo y sospechar que algunos van a quedarse. Mejor si nos vamos todos, ¿no? Ya que dicen que la muerte es lo más democrático e igualador…
-La última atrocidad.
Pensar que votar a Pedro Sánchez era una opción viable. Afortunadamente, abrí los ojos a tiempo y voté otra opción. Con el tiempo, esta también resultó igual de decepcionante.
-Qué no te da pena.
La situación actual nacional. No hemos sabido gestionar la democracia.
-Un enemigo.
Yo mismo.
-Alguien a quien admirar.
Admiro a mucha gente en secreto. No pongo nombres para que no se asusten. La admiración tampoco es buena.
-El título de tu biografía.
Vivir para contarlo, o, quizá, Mis libros favoritos (esta con mucha menos ficción).
-Último libro que cerraste a medio.
Suelo cerrar bastantes porque se me pasan los plazos para devolverlos en las bibliotecas. Y luego tardo en volver a ellos, si lo hago.
-¿Pasado, presente o futuro?
Lamentablemente, pasado. Es la única certeza.
-La última voluntad.
Un buen restaurante acompañado de familia (los que queden) y amigos. Poder despedirme de todos.
-Un libro.
Estas preguntas de elegir una entre todas… Buf, no se hacen. Pero… La Eneida, de Virgilio.
-Una película.
Citizen Kane, Orson Welles (1941).
-Una canción.
Tomorrow is a long time, Bob Dylan (1971)
-Un cuadro.
El matrimonio Arnolfini, de Van Eyck (1434)
-Una receta.
De las que hago yo, Solomillo de cerdo a la mostaza o el Bacalao con vinagreta de naranja y aceitunas (evidentemente, no son recetas propiamente mías). De lo que me gusta comer, el bacalao confitado de La Rebotica, en Zafra o el Steak tartare de Marchivirito, en Badajoz.