Etiqueta: rené lavand
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Rojo, negro, rojo, negro, rojo, negro
Allí, en mis manos, absolutamente todos los colores se alternaban uno a uno: rojo, negro, rojo, negro. Para que hirviera mi capacidad de asombro.
Allí, en mis manos, absolutamente todos los colores se alternaban uno a uno: rojo, negro, rojo, negro. Para que hirviera mi capacidad de asombro.