Sergio Dalma,

Sergio Dalma: «Estamos suficientemente jodidos como para no cantar al amor»

Cantante. Es uno de esos intérpretes que forman parte de la historia musical de España en el último siglo. El artista ha madurado sobre los escenarios y promete seguir regalando su música a los públicos del mundo.

Ya peina canas, pero sigue gustando al público tanto o más que hace un cuarto de siglo, cuando apareció en la escena musical con Sintiéndonos la piel, su primer trabajo de estudio. Pese a su larga trayectoria, Sergio Dalma logra situarse en los mejores puestos de las listas de éxitos españolas y, con sus temas, ha conquistado el corazón de varias generaciones de mujeres. La elegancia es una de sus banderas y, fiel a su estilo, ha marcado una estela profesional que ha dado como fruto numerosos trabajos que forman parte de la banda sonora de muchas personas.

Tras los éxitos de Via Dalma I y II, en los que interpretaba canciones de éxito italianas, el catalán ha publicado Cadore 33, un disco de canciones inéditas con el que llega a San Javier, donde ofrecerá un concierto con el que se inaugura el Festival de Teatro, Música y Danza esta noche.

Sergio Dalma.
Sergio Dalma.

P. Su compañía dice que Cadore 33 es un vistazo a través del retrovisor del coche. ¿Qué ve desde allí?
R. Es cierto. Este disco no es otra cosa que un resumen de mis 25 años de carrera. Después de haber dedicado los cuatro últimos, con Via Dalma, a homenajear la música de Italia, tocaba enfrentarse a retos nuevos, con un nuevo equipo. Así nos lo planteamos Guidetti, el productor de mis últimos tres discos, y yo, y este es el resultado.

P. ¿Y no le da a uno ganas de quedarse en épocas pasadas, con la que está cayendo ahora?
R. La nostalgia no sirve para nada, hay que vivir el momento actual. Yo he tenido suerte, mucha, pero reconozco que lo tiempos cambian y hay que vivir cada experiencia y cada situación. De todas se puede sacar algo.

P. Después de reinterpretar clásicos conocidos por todos, se atreve a lanzar un nuevo disco con temas originales. ¿Se llega a temer la recepción del público?
R. El mayor miedo es que la gente no te deje crecer, pero, como artista, no puedes estar siempre pensando en Bailar pegados. Quiero enfrentarme a nuevos retos y te aseguro que es genial, a título personal, conseguir trabajos diferentes a lo anterio.

P. ¿Todo esto sin perder el sello Sergio Dalma?
R. Así es. Mi estilo musical es muy ajustado pero, dentro de eso, siempre se busca aportar frescura. Para Cadore 33, por ejemplo, hemos contado con un equipo de músicos nuevo que ha dado otro aire al resultado.

P. Y sigue colgando el cartel de no hay entradas en muchas ciudades y logrando grandes datos en ventas.
R. Una cosa está clara: acudir a un concierto no es prioritario y las economías están muy mermadas. Aun así, no me puedo quejar. Llenar un sitio, ver a toda esa gente desde el escenario… es fantástico.

P. ¿No ha habido una variación en la forma de consumir música?
R. Parece que ahora se compran pocos discos pero, por el contrario, la gente sale bastante de conciertos. Un disco es lo que es y, en estos momentos, la gente apuesta por la música en vivo. Estamos más acostumbrados a pagar por un concierto y eso es lo que nos permite seguir a los cantantes.

P. ¿Qué le aporta el directo y qué le da usted al público que acude a verle?
R. El directo siempre tiene esa magia de la improvisación. Cada noche el público es distinto y tú te encuentras de un modo concreto. Eso aporta una frescura, una sintonía que no dan los CD’s. En esta gira, que comenzó en febrero, estamos muy centrados en el nuevo disco y en los Via Dalma, pero también estarán las clásicas ‘Galilea’ o ‘Bailar pegados’.

P. ¿No le da pena ver lo que se baila ahora en las discotecas?
R. ¡Hombre! Los tiempos cambian, pero tengo algo muy claro: tarde o temprano, al final acabamos todos bailando pegados, ¿o no? (Ríe) Hay nuevas tendencias y nuevos gustos, y eso hay que entenderlo, pero la sensualidad existe todavía.

P. ¿Eso lo demuestran las madres que llevan a sus hijas a los conciertos?

R. Exacto. Poder pasar de una generación a otra es algo mágico. Y ver esa diversidad de públicos demuestra que estas canciones siguen gustado y que a todos nos dice algo esa forma de reflejar los sentimientos. A mí me emociona ver públicos tan distintos y es de agradecer que sigan junto a uno.

P. Usted mismo ha dicho que ya no está para canciones ligeras sino para historias verdaderas, potentes y maduras… Más aun cuando el mundo se desmorona, ¿no?
R. La verdad es que voy a cumplir cincuenta años y no puedo seguir cantándole a las cosas de antes, no sería lógico. Como todos, he tenido que ir adaptándome a mi edad. Creces, maduras, y salen cosas distintas.

P. ¿Le canta al amor porque es cuando más vivo se siente?
R. Estamos suficientemente jodidos como para no cantar al amor. Cuando nos enamoramos, vivimos una gran etapa de nuestra vida en la que parece que todo lo demás se minimiza. Es bueno cantar al amor.

P. ¿Dónde estará en 25 años? ¿Hay cuerda para aguantar?
R. Para tantos, no sé. (Ríe) De momento, estaré en los escenarios mientras existan en mí las ganas y la ilusión. Cuando se acaben, pues se acabará el viaje. De momento van 25 años, que no son pocos.


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