El fotoperiodista Enrique Meneses nos dejó huérfanos la madrugada del 6 de enero. Pero como todo buen padre, no cesó, hasta el último suspiro, en preparar un enorme legado (incluso multimedia) para todos los que sentimos dentro la inquietud por la información y la actualidad.
En estos días, creo conveniente recordar(nos) dos de las máximas que el incansable periodista mantuvo hasta el final de sus días:
“La universidad está en la calle”
E
“Ir, ver, oír, volver y contar”
Ahí queda lo que debería ser biblia de todo estudiante de periodismo. No trato de elaborar un férreo ataque contra los estudios universitarios que forman a los “profesionales de la información”. Soy de los que consideran que, como estudiantes, debemos aprovechar cada una de las materias impartidas (útiles o no) en los años en los que dure nuestra educación. Sin embargo, a la luz de estos enunciados de Meneses, no puedo evitar preguntarme ¿Es eso lo único que puedo hacer ahora?
Definitivamente no. Los aprendices de periodismo no podemos adoptar el roll de una esponja. Dedicarnos a asistir a las “Lecciones magistrales” y tomar apuntes como locos para luego volcarlos, con mayor o menos éxito, en una prueba tipo test. En esto debo posicionarme de lado de Meneses. La Universidad como centro de enseñanza necesita complementarse con lo que uno, por sus propios métodos, aprende en la calle.
Es la experiencia, la aptitud de aprendizaje en base al “Ensayo-Error” la que va perfilando en nosotros las características propias de lo que seremos en el futuro. El periodista no “se hace” en las aulas, es en la calle, en ese “Ir, ver, oír, volver y contar”, donde aprende qué preguntar, cómo tomar ese dato, por qué esto otro no es relevante…
Repito, no se trata de incendiar la institución de enseñanza. El secreto está en incendiarnos a nosotros mismos, ser capaces de generar en nuestro intelecto el fuego que demande incansablemente la madera, una madera que se encuentra en las calles, en las historias, en la noticia.
Tenemos la responsabilidad de trabajar, desde el día 0, en nuestro conocimiento y estilo.
Afortunadamente, hoy existe una gran cantidad de plataformas que permiten que nuestro trabajo no quede oculto en un cajón. Blogs, diarios online, foros de discusión… Cientos de oportunidades que permiten que la producción informativa que nos nazca conozca la luz y tenga la posibilidad de ser leída, refutada, criticada y alabada.
Tenemos la OBLIGACIÓN de comenzar a ser periodistas desde ya. Convertirnos poco a poco en el proyecto de lo que queremos ser.
En el interesante mundo de la información de actualidad no hay lugar para entes pasivos. Debemos pasar a la acción, convertirnos en fuente y generador de información volcada en buenos textos. El mañana del periodista empieza en el hoy del estudiante.
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