los artistas de the hole_bg

¡The Ho…rror!

Los creadores del espectáculo de cabaret The Hole deberían plantearse cambiar el título por The Horror. Al menos, si el montaje que llegó ayer a Murcia, y que estará en la capital hasta el 8 de enero, es el mismo que va girando por todo el país.

«The Hole», dicen sus creadores, «es un espectáculo fresco y descarado que mezcla cabaret, circo, teatro, burlesque, música y humor, mucho humor». Y continúan: «Artistas nacionales e internacionales, números circenses y musicales que te dejarán boquiabierto, sugerentes stripteases… y una rata. Descubre la historia de amor menos convencional y únete a una fiesta con incorrectos personajes que ponen patas arriba cada ciudad por la que pasan».

Cualquier expectativa creada por esa definición se desmonta tras cinco minutos ‘dentro del agujero’. Sí, hay números circenses, musicales, stripteases… y hasta una rata, pero nada está bañado por ese halo de irreverencia, political incorrectness o provocación desmedida con la que se venden. Tras salir del espectáculo, uno únicamente siente deseos de loar el trabajo de marketing y promoción. Saben venderse. Lo que venden es ya otro tema.

Poco o nada

Cristina Medina fue la maestra de ceremonias de la primera representación en Murcia. Un par de intervenciones suyas bastaron para comprender que la actriz tiene poco que ofrecer más allá de una ejecución simplista, chabacana e interpretativamente vacía. Ni convence ni atrae.

Tal vez tampoco ayude el guion de la obra, que parece más bien un conjunto de parches mal hilados a unos jeans que ya deberían estar en la basura. Salvando algunos momentos en los que su personaje se acercó a lo que se supone que es ser gracioso, Medina era más bien un interludio necesario para que el staff de The Hole preparara el siguiente número sobre el escenario. Ojo también a esas coletillas repetidas hasta la extenuación. Alguien debería decírselo.

Cuando uno entra al agujero, espera que el erotismo se eleve a la enésima potencia. También -habrá que imaginar que es otra ilusión del marketing- se valora el hecho de que el escándalo haga retirar la mirada del escenario más de una vez. Y no se trata de convertir un espectáculo de cabaret en una sesión de cualquier salón erótico. No: el erotismo y la provocación se pueden trabajar sin llegar siquiera a ser explícitos. Pero no: es un continuo ‘quedarse a medio’. Cuando parece que todo va a animarse, acaba el número de turno, aparece Cristina y vuelta a empezar.

Enseñar un torso musculado, intuir un busto femenino tras las pezoneras o ver cómo un joven hercúleo ‘cubre’ de manera simulada a una actriz no es erótico ni provocativo. Es cutre. Es chabacano. Es… cuando se repite una y otra vez, triste.

Dos puntos a favor

Almon y super golden straps en the hole_bg

Mención aparte merecen los espectáculos circenses que, si bien no son espectaculares en su totalidad, sí demuestran, en ocasiones, un gusto estético y un trabajo atlético suficiente como para que el coste de la entrada no duela demasiado. De todos, destaca el trabajo de Charlie Plaçais, ‘Super gold’, que ejecutó un número de acrobacias aéreas equilibrado, muy narrativo y bello. Coincide además que se trata del actor-acróbata más atractivo. Sus breves minutos sobre el escenario sí merecieron la pena.

Al alimón está Austin Guerrero, Almon en el espectáculo, que tuvo su rato de protagonismo y jugó con el público en un tira y afloja en el que se alejó de los espacios comunes para rozar el erotismo que cualquiera podría esperar a las puertas de la carpa antes de entrar. Dueño este Guerrero, además, de una voz interesante.

¿The Hole es divertidoDesde luego que sí. A ratos al menos. ¿Emocionante? No se puede negar que proporciona momentos de adrenalina gracias a la profesionalidad de los acróbatas. ¿Erótico? Ya no tanto. Dependerá de gustos y expectativas: si erótico es enseñar cacha y hacer como que se folla, sí. En caso contrario… deja mucho que desear.

Pero vayan, siéntense, miren al escenario y déjense sorprender. Tal vez encuentren, a la salida, que su opinión dista de esta. Como ellos dicen, hay que estar en el agujero para salir del agujero.


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