El flamenco es mucho más que música. Este arte, nacido en el sur de España y con más de tres siglos de historia, se puede disfrutar poniendo un disco en casa, pero es en los espectáculos en directo donde verdaderamente se puede sentir el corazón de este folclore y vivir lo que llaman ‘duende’ en primera persona.
Por eso, en las principales ciudades del país existen locales especializados en espectáculos flamencos. Un ejemplo es la Sala Temple, en la madrileña calle Cuesta de San Vicente, en el centro de la capital.
Comprar una entrada para cualquiera de los espectáculos de Temple es abrirse la puerta a conocer a algunos de los mejores artistas flamencos del momento: cantaores y cantaores, guitarristas, bailaores… Todos los artes que componen este folclore se dan cita en este tablao, especialmente los fines de semana.
Con más de 20 citas mensuales, Sala Temple es uno de los lugares donde los viejos flamencos y las nuevas generaciones de interesados por este arte se dan cita para disfrutar, por un módico precio, de alegrías, bulerías, seguirillas y el resto de los palos flamencos, que se despliegan en cada velada para hacer de esta experiencia un viaje único al centro de Andalucía.
Como explican los propios gestores del teatro, este es un espacio multicultural y multidisciplinar. Allí, el talento y la pasión por la música, el cante y el baile confluyen en todas direcciones. Por eso, hasta el menos conocedor del flamenco puede sentirse uno más cuando surgen los primeros acordes de guitarra.
Talleres para indagar más en este arte
El objetivo de Sala Temple es convertirse no solo en un lugar al que ir a disfrutar del flamenco en directo, sino en un centro de difusión de esta cultura. Por eso, a la programación artística se suman una serie de talleres y cursos para todos los niveles.
De manos de profesores de gran experiencia como Sara Nieto, Pedro Sanz o Roberto Monteiro cualquier persona puede introducirse en el cante, el baile o el toque en clases de intermedio, avanzado o iniciación.
Estas clases tienen lugar en diferentes horarios tanto por la mañana como por la tarde y de lunes a jueves. De este modo, el tablao está vivo durante toda la semana, con un calendario que combina los espectáculos con las formaciones.
Gastronomía como parte de la experiencia
El flamenco es un arte vivo donde la celebración es parte de la experiencia. Por eso, las entrada incluyen una copa y, además, durante cada espectáculo se puede disfrutar de una interesante carta con algunos de los mejores bocados que se sirven en las tabernas andaluzas.
Tablas de quesos, ibéricos, pinchos de tortilla de papas, callos a la madrileña, morcilla a la cazuela y otras delicias, a precios muy ajustados, están disponibles para quienes quieran gozar con todos los sentidos al cruzar el umbral de la Sala Temple.
Todo esto hace que entrar de lleno en el mundo del flamenco se convierta en algo accesible, agradable y, sobre todo, inolvidable. Son muchas las personas que repiten tras su primera visita a un tablao: lo que se vive en ese rato de música, cante, baile es arte en estado puro. Y está al alcance de cualquiera.
Deja una respuesta